BLOQUE 2. TEXTOS FOLCLÓRICOS.




En este segundo bloque, voy a analizar los textos folclóricos y como se pueden utilizar en el aula de infantil. 

Los textos folclóricos Son aquellos transmitidos oralmente por el pueblo y suelen hacer referencia a a aspectos de la cultura popular. Sus características principales son que deben ser anónimos, su oralidad y múltiples variantes.

La trasmisión oral ha sido de gran importancia en la historia de la humanidad y por supuesto en la literatura folclórica, dando lugar a diferentes versiones, en la que cada cuál adaptara la historia a su manera.

Los textos folclóricos en verso , están relacionados con el juego, la música y el movimiento corporal. Los textos en prosa, se consideran textos familiares( no están destinados en principio a los niños) y tenia muchas funciones diferentes: religiosa o mágica, iniciática didáctica y lúdica, que es la función principal.


Estos textos no deben tener aspecto moral ni moralejas. No se trata de extraer conclusiones , sino que sea lúdico y que ellos reflexiones y extraigan sus conclusiones, lo que el texto les trasmite, de acuerdo a sus edad.


Por otro lado, existe el teatro folclórico, cuya vocación es la cultura y educación del pueblo, en aquella época en la que la mayoría de las personas no sabían ni leer ni escribir y cumplían pues una función educadora. En los niños de infantil, en cierta forma esto también ocurre. Los títeres y marionetas son los instrumentos más utilizados para la representación de los textos folclóricos ,aunque en la actualidad, el texto folclórico tradicional casi ha desaparecido o se ha convertido en un entretenimiento.


Los niños deben disfrutar  y emocionarse, estos textos deben ser cantados y contados , no simplemente leídos por el maestro/a. 

El texto elegido es Hansel y Gretel. Este es el enlace al texto completo:

https://www.grimmstories.com/es/grimm_cuentos/hansel_y_gretel


Los hermanos Grimm son los responsables de los grandes clásicos de los cuentos de hadas. Jacob Grimm (1785-1863) y Wilheim Grimm( 1786-1859) eran miembros de una familia asentada, recibieron una educación religiosa y fueron educados desde el amor a su patria y el respeto a las instituciones y gobernantes. 



Hay muchos cuentos de los hermanos Grimm cortos y menos conocidos, la mayoría toman como punto de partida los relatos que recopilaron durante muchos años de las leyendas tradicionales alemanas y francesas. Sin embargo, las historias que nosotros conocemos de estos dos autores son los cuentos más famosos de los Grimm, que acabaron adaptando el texto original al gusto del público infantil.

Vladimir Propp en su creación "Morfología del cuento" (1928), nos presenta y divide los cuentos en cuatro grandes grupos habiéndose basado en un análisis estructural de la morfología del cuento.

Se trata de una clasificación simple que en sí no abarca todo el género. Esto es debido a que Propp analizó y clasificó los cuentos fantásticos.

Los cuatro grandes grupos son:

  • Mitos: Historias religiosas y mitológicas.
  • Cuentos de fórmula: Cuentos de nunca acabar, cuentos mínimos y los cuentos acumulativos.
  • Cuentos de animales: Cómo por ejemplo los cuentos de Félix María Samaniego, los personajes que se nos presentan son animales humanizados. Son parecidos a las fábulas.
  • Cuentos de hadas: En estos cuentos se mezcla la realidad con la ficción y los autores a destacar serían por ejemplo: Los hermanos Grimm, Charles Perrault o Hans Christian Andersen.


Aquí os dejo el texto:

Junto a un bosque muy grande vivía un pobre leñador con su mujer y dos hijos; el niño se llamaba Hänsel, y la niña, Gretel. Apenas tenían qué comer, y en una época de carestía que sufrió el país, llegó un momento en que el hombre ni siquiera podía ganarse el pan de cada día. Estaba el leñador una noche en la cama, cavilando y revolviéndose, sin que las preocupaciones le dejaran pegar el ojo; finalmente, dijo, suspirando, a su mujer: - ¿Qué va a ser de nosotros? ¿Cómo alimentar a los pobres pequeños, puesto que nada nos queda? - Se me ocurre una cosa -respondió ella-. Mañana, de madrugada, nos llevaremos a los niños a lo más espeso del bosque. Les encenderemos un fuego, les daremos un pedacito de pan y luego los dejaremos solos para ir a nuestro trabajo. Como no sabrán encontrar el camino de vuelta, nos libraremos de ellos. - ¡Por Dios, mujer! -replicó el hombre-. Eso no lo hago yo. ¡Cómo voy a cargar sobre mí el abandonar a mis hijos en el bosque! No tardarían en ser destrozados por las fieras. - ¡No seas necio! -exclamó ella-. ¿Quieres, pues, que nos muramos de hambre los cuatro? ¡Ya puedes ponerte a aserrar las tablas de los ataúdes! -. Y no cesó de importunarle hasta que el hombre accedió-. Pero me dan mucha lástima -decía.


Los dos hermanitos, a quienes el hambre mantenía siempre desvelados, oyeron lo que su madrastra aconsejaba a su padre. Gretel, entre amargas lágrimas, dijo a Hänsel: - ¡Ahora sí que estamos perdidos! - No llores, Gretel -la consoló el niño-, y no te aflijas, que yo me las arreglaré para salir del paso. Y cuando los viejos estuvieron dormidos, levantóse, púsose la chaquetita y salió a la calle por la puerta trasera. Brillaba una luna esplendoroso y los blancos guijarros que estaban en el suelo delante de la casa, relucían como plata pura. Hänsel los fue recogiendo hasta que no le cupieron más en los bolsillos. De vuelta a su cuarto, dijo a Gretel: - Nada temas, hermanita, y duerme tranquila: Dios no nos abandonará -y se acostó de nuevo.


A las primeras luces del día, antes aún de que saliera el sol, la mujer fue a llamar a los niños: - ¡Vamos, holgazanes, levantaos! Hemos de ir al bosque por leña-. Y dando a cada uno un pedacito de pan, les advirtió-: Ahí tenéis esto para mediodía, pero no os lo comáis antes, pues no os daré más. Gretel se puso el pan debajo del delantal, porque Hänsel llevaba los bolsillos llenos de piedras, y emprendieron los cuatro el camino del bosque. Al cabo de un ratito de andar, Hänsel se detenía de cuando en cuando, para volverse a mirar hacia la casa. Dijo el padre: - Hänsel, no te quedes rezagado mirando atrás, ¡atención y piernas vivas! - Es que miro el gatito blanco, que desde el tejado me está diciendo adiós -respondió el niño. Y replicó la mujer: - Tonto, no es el gato, sino el sol de la mañana, que se refleja en la chimenea. Pero lo que estaba haciendo Hänsel no era mirar el gato, sino ir echando blancas piedrecitas, que sacaba del bolsillo, a lo largo del camino.


Cuando estuvieron en medio del bosque, dijo el padre: - Recoged ahora leña, pequeños, os encenderé un fuego para que no tengáis frío. Hänsel y Gretel reunieron un buen montón de leña menuda. Prepararon una hoguera, y cuando ya ardió con viva llama, dijo la mujer: - Poneos ahora al lado del fuego, chiquillos, y descansad, mientras nosotros nos vamos por el bosque a cortar leña. Cuando hayamos terminado, vendremos a recogeros.


Los dos hermanitos se sentaron junto al fuego, y al mediodía, cada uno se comió su pedacito de pan. Y como oían el ruido de los hachazos, creían que su padre estaba cerca. Pero, en realidad, no era el hacha, sino una rama que él había atado a un árbol seco, y que el viento hacía chocar contra el tronco. Al cabo de mucho rato de estar allí sentados, el cansancio les cerró los ojos, y se quedaron profundamente dormidos. Despertaron, cuando ya era noche cerrada. Gretel se echó a llorar, diciendo: - ¿Cómo saldremos del bosque? Pero Hänsel la consoló: - Espera un poquitín a que brille la luna, que ya encontraremos el camino. Y cuando la luna estuvo alta en el cielo, el niño, cogiendo de la mano a su hermanita, guiose por las guijas, que, brillando como plata batida, le indicaron la ruta. Anduvieron toda la noche, y llegaron a la casa al despuntar el alba. Llamaron a la puerta y les abrió la madrastra, que, al verlos, exclamó: - ¡Diablo de niños! ¿Qué es eso de quedarse tantas horas en el bosque? ¡Creíamos que no queríais volver! El padre, en cambio, se alegró de que hubieran vuelto, pues le remordía la conciencia por haberlos abandonado.


Algún tiempo después hubo otra época de miseria en el país, y los niños oyeron una noche cómo la madrastra, estando en la cama, decía a su marido: - Otra vez se ha terminado todo; sólo nos queda media hogaza de pan, y sanseacabó. Tenemos que deshacernos de los niños. Los llevaremos más adentro del bosque para que no puedan encontrar el camino; de otro modo, no hay salvación para nosotros. Al padre le dolía mucho abandonar a los niños, y pensaba: "Mejor harías partiendo con tus hijos el último bocado." Pero la mujer no quiso escuchar sus razones, y lo llenó de reproches e improperios. Quien cede la primera vez, también ha de ceder la segunda; y, así, el hombre no tuvo valor para negarse.


Pero los niños estaban aún despiertos y oyeron la conversación. Cuando los viejos se hubieron dormido, levantóse Hänsel con intención de salir a proveerse de guijarros, como la vez anterior; pero no pudo hacerlo, pues la mujer había cerrado la puerta. Dijo, no obstante, a su hermanita, para consolarla: - No llores, Gretel, y duerme tranquila, que Dios Nuestro Señor nos ayudará.


A la madrugada siguiente se presentó la mujer a sacarlos de la cama y les dio su pedacito de pan, más pequeño aún que la vez anterior. Camino del bosque, Hänsel iba desmigajando el pan en el bolsillo y, deteniéndose de trecho en trecho, dejaba caer miguitas en el suelo. - Hänsel, ¿por qué te paras a mirar atrás? -preguntóle el padre-. ¡Vamos, no te entretengas! - Estoy mirando mi palomita, que desde el tejado me dice adiós. - ¡Bobo! -intervino la mujer-, no es tu palomita, sino el sol de la mañana, que brilla en la chimenea. Pero Hänsel fue sembrando de migas todo el camino.


La madrastra condujo a los niños aún más adentro del bosque, a un lugar en el que nunca había estado. Encendieron una gran hoguera, y la mujer les dijo: - Quedaos aquí, pequeños, y si os cansáis, echad una siestecita. Nosotros vamos por leña; al atardecer, cuando hayamos terminado, volveremos a recogemos. A mediodía, Gretel partió su pan con Hänsel, ya que él había esparcido el suyo por el camino. Luego se quedaron dormidos, sin que nadie se presentara a buscar a los pobrecillos; se despertaron cuando era ya de noche oscura. Hänsel consoló a Gretel diciéndole: - Espera un poco, hermanita, a que salga la luna; entonces veremos las migas de pan que yo he esparcido, y que nos mostrarán el camino de vuelta. Cuando salió la luna, se dispusieron a regresar; pero no encontraron ni una sola miga; se las habían comido los mil pajarillos que volaban por el bosque. Dijo Hänsel a Gretel: - Ya daremos con el camino -pero no lo encontraron. Anduvieron toda la noche y todo el día siguiente, desde la madrugada hasta el atardecer, sin lograr salir del bosque; sufrían además de hambre, pues no habían comido más que unos pocos frutos silvestres, recogidos del suelo. Y como se sentían tan cansados que las piernas se negaban ya a sostenerlos, echáronse al pie de un árbol y se quedaron dormidos.


Y amaneció el día tercero desde que salieron de casa. Reanudaron la marcha, pero cada vez se extraviaban más en el bosque. Si alguien no acudía pronto en su ayuda, estaban condenados a morir de hambre. Pero he aquí que hacia mediodía vieron un hermoso pajarillo, blanco como la nieve, posado en la rama de un árbol; y cantaba tan dulcemente, que se detuvieron a escucharlo. Cuando hubo terminado, abrió sus alas y emprendió el vuelo, y ellos lo siguieron, hasta llegar a una casita, en cuyo tejado se posó; y al acercarse vieron que la casita estaba hecha de pan y cubierta de bizcocho, y las ventanas eran de puro azúcar. - ¡Mira qué bien! -exclamó Hänsel-, aquí podremos sacar el vientre de mal año. Yo comeré un pedacito del tejado; tú, Gretel, puedes probar la ventana, verás cuán dulce es. Se encaramó el niño al tejado y rompió un trocito para probar a qué sabía, mientras su hermanita mordisqueaba en los cristales. Entonces oyeron una voz suave que procedía del interior:

"¿Será acaso la ratita

la que roe mi casita?"

Pero los niños respondieron:

"Es el viento, es el viento

que sopla violento."

Y siguieron comiendo sin desconcertarse. Hänsel, que encontraba el tejado sabrosísimo, desgajó un buen pedazo, y Gretel sacó todo un cristal redondo y se sentó en el suelo, comiendo a dos carrillos. Abrióse entonces la puerta bruscamente, y salió una mujer viejísima, que se apoyaba en una muleta. Los niños se asustaron de tal modo, que soltaron lo que tenían en las manos; pero la vieja, meneando la cabeza, les dijo: - Hola, pequeñines, ¿quién os ha traído? Entrad y quedaos conmigo, no os haré ningún daño. Y, cogiéndolos de la mano, los introdujo en la casita, donde había servida una apetitosa comida: leche con bollos azucarados, manzanas y nueces. Después los llevó a dos camitas con ropas blancas, y Hänsel y Gretel se acostaron en ellas, creyéndose en el cielo.


La vieja aparentaba ser muy buena y amable, pero, en realidad, era una bruja malvada que acechaba a los niños para cazarlos, y había construido la casita de pan con el único objeto de atraerlos. Cuando uno caía en su poder, lo mataba, lo guisaba y se lo comía; esto era para ella un gran banquete. Las brujas tienen los ojos rojizos y son muy cortas de vista; pero, en cambio, su olfato es muy fino, como el de los animales, por lo que desde muy lejos ventean la presencia de las personas. Cuando sintió que se acercaban Hänsel y Gretel, dijo para sus adentros, con una risotada maligna: "¡Míos son; éstos no se me escapan!." Levantóse muy de mañana, antes de que los niños se despertasen, y, al verlos descansar tan plácidamente, con aquellas mejillitas tan sonrosadas y coloreadas, murmuró entre dientes: "¡Serán un buen bocado!." Y, agarrando a Hänsel con su mano seca, llevólo a un pequeño establo y lo encerró detrás de una reja. Gritó y protestó el niño con todas sus fuerzas, pero todo fue inútil. Dirigióse entonces a la cama de Gretel y despertó a la pequeña, sacudiéndola rudamente y gritándole: - Levántate, holgazana, ve a buscar agua y guisa algo bueno para tu hermano; lo tengo en el establo y quiero que engorde. Cuando esté bien cebado, me lo comeré. Gretel se echó a llorar amargamente, pero en vano; hubo de cumplir los mandatos de la bruja.


Desde entonces a Hänsel le sirvieron comidas exquisitas, mientras Gretel no recibía sino cáscaras de cangrejo. Todas las mañanas bajaba la vieja al establo y decía: - Hänsel, saca el dedo, que quiero saber si estás gordo. Pero Hänsel, en vez del dedo, sacaba un huesecito, y la vieja, que tenía la vista muy mala, pensaba que era realmente el dedo del niño, y todo era extrañarse de que no engordara. Cuando, al cabo de cuatro semanas, vio que Hänsel continuaba tan flaco, perdió la paciencia y no quiso aguardar más tiempo: - Anda, Gretel -dijo a la niña-, a buscar agua, ¡ligera! Esté gordo o flaco tu hermano, mañana me lo comeré. ¡Qué desconsuelo el de la hermanita, cuando venía con el agua, y cómo le corrían las lágrimas por las mejillas! "¡Dios mío, ayúdanos! -rogaba-. ¡Ojalá nos hubiesen devorado las fieras del bosque; por lo menos habríamos muerto juntos!." - ¡Basta de lloriqueos! -gritó la vieja-; de nada han de servirte.


Por la madrugada, Gretel hubo de salir a llenar de agua el caldero y encender fuego. - Primero coceremos pan -dijo la bruja-. Ya he calentado el horno y preparado la masa -. Y de un empujón llevó a la pobre niña hasta el horno, de cuya boca salían grandes llamas. Entra a ver si está bastante caliente para meter el pan -mandó la vieja. Su intención era cerrar la puerta del horno cuando la niña estuviese en su interior, asarla y comérsela también. Pero Gretel le adivinó el pensamiento y dijo: - No sé cómo hay que hacerlo; ¿cómo lo haré para entrar? - ¡Habráse visto criatura más tonta! -replicó la bruja-. Bastante grande es la abertura; yo misma podría pasar por ella -y, para demostrárselo, se adelantó y metió la cabeza en la boca del horno. Entonces Gretel, de un empujón, la precipitó en el interior y, cerrando la puerta de hierro, corrió el cerrojo. ¡Allí era de oír la de chillidos que daba la bruja! ¡Qué gritos más pavorosos! Pero la niña echó a correr, y la malvada hechicera hubo de morir quemada miserablemente.


Corrió Gretel al establo donde estaba encerrado Hänsel y le abrió la puerta, exclamando: ¡Hänsel, estamos salvados; ya está muerta la bruja! Saltó el niño afuera, como un pájaro al que se le abre la jaula. ¡Qué alegría sintieron los dos, y cómo se arrojaron al cuello uno del otro, y qué de abrazos y besos! Y como ya nada tenían que temer, recorrieron la casa de la bruja, y en todos los rincones encontraron cajas llenas de perlas y piedras preciosas. - ¡Más valen éstas que los guijarros! -exclamó Hänsel, llenándose de ellas los bolsillos. Y dijo Gretel: - También yo quiero llevar algo a casa -y, a su vez, se llenó el delantal de pedrería. - Vámonos ahora -dijo el niño-; debemos salir de este bosque embrujado -. A unas dos horas de andar llegaron a un gran río. - No podremos pasarlo -observó Hänsel-, no veo ni puente ni pasarela. - Ni tampoco hay barquita alguna -añadió Gretel-; pero allí nada un pato blanco, y si se lo pido nos ayudará a pasar el río -.


Y gritó:

"Patito, buen patito

mío Hänsel y Gretel han llegado al río.

No hay ningún puente por donde pasar;

¿sobre tu blanca espalda nos quieres llevar?."

Acercóse el patito, y el niño se subió en él, invitando a su hermana a hacer lo mismo. - No -replicó Gretel-, sería muy pesado para el patito; vale más que nos lleve uno tras otro. Así lo hizo el buen pato, y cuando ya estuvieron en la orilla opuesta y hubieron caminado otro trecho, el bosque les fue siendo cada vez más familiar, hasta que, al fin, descubrieron a lo lejos la casa de su padre. Echaron entonces a correr, entraron como una tromba y se colgaron del cuello de su padre. El pobre hombre no había tenido una sola hora de reposo desde el día en que abandonara a sus hijos en el bosque; y en cuanto a la madrastra, había muerto. Volcó Gretel su delantal, y todas las perlas y piedras preciosas saltaron por el suelo, mientras Hänsel vaciaba también a puñados sus bolsillos. Se acabaron las penas, y en adelante vivieron los tres felices. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.




RESUMEN.

La historia de Hansel y Gretel trata sobre dos niños, que son abandonados por su padre y su madrastra , porque no podían mantenerlos. Andando por el bosque en busca de su casa y algo para comer, encuentran una casa de chocolate y azúcar, donde vivía una señora mayor, que parecía simpática, pero en realidad era malvada.

Les invita a quedarse, y los niños hambrientos, así lo hacen. Una vez engañados, encierra a Hansel para que engorde y a Gretel la pone a trabajar . Pero Gretel consigue que la malvada bruja se meta en el horno y la encierra para que se queme dentro. Libera a su hermano y huyen a su casa con un gran tesoro a reunirse con su padre.


JUSTIFICACIÓN DE LA ELECCIÓN DE ESTE CUENTO.

He seleccionado este texto para niños de 5-6 años, ya que a esta edad ya tienen mucho vocabulario y les ayuda a ampliarlo. Los protagonistas van pasando por diferentes momentos y de como van aprendiendo a medida que les suceden las cosas. Además  la fantasía de la casita de chocolate, les encanta. Aún así, yo lo adaptaría un poco a la hora de contarlo (palabras antiguas , menos extenso...). He de decir, que he leído muchas veces este cuento de pequeña y me encantaba, pero ahora, lo encuentro un poco duro.

El cuento presenta una estructura lineal:

  • Fechoría inicial/Planteamiento: Hansel y Gretel, son abandonados por su padre y la madrastra, y para sobrevivir tienen que buscar refugio y alimento.
  • Desarrollo: caminando por el bosque , encuentran una casita de chocolate y azúcar en la que vive una bruja, aparentemente dulce, pero malvada en sus intenciones. Encierra a Hansel para que engorde y a Gretel la convierte en su esclava.
  • Desenlace: Gretel consigue que la bruja se meta en el horno y se queme. Así, libera a su hermano y se escapan.

Los motivos principales que aparecen en este cuento son:

  • Viajes y búsqueda: el camino que emprenden los niños en busca de comida y una vida mejor.
  • Fuga: la huida de la casa de la bruja para salvarse.

En cuanto a los personajes:

  • Héroe: Para mi es Gretel , que consigue quemar a la bruja y liberar a su hermano.
  • El enemigo: podría ser la madre (arquetipo también)
  • La bruja: la anciana malvada que vive en la casita de chocolate.

Los personajes principales serian los hermanos Hansel y Gretel y los secundarios, la madrastra, el padre y la bruja.


USO EN EL AULA. CUENTOFORUM.

He elegido el aula de 5-6 años, etapa en la que se desarrolla el pensamiento egocéntrico, la imaginación y cuando el lenguaje adquiere gran importancia (etapa preoperacional de Piaget).

Además , usan el lenguaje con funciones más complejas. Además de  expresar necesidades o deseos, pueden  dar información adecuada al interlocutor si este pide aclaraciones, iniciar nuevos temas de conversación y mantener numerosos turnos de conversación. 

En este momento, asimilan mejor cuentos que les presenten finales felices y justos, de animales, fantasías y cuentos de hadas.

Lo podemos contar en nuestro espacio de la asamblea, donde normalmente contamos cuentos y hablamos. Yo haría algún cambio en el vocabulario y reduciría alguna partes, como ya he comentado. Además, hay que preguntarles, hacer pausas, que mantengan la atención, ya que es bastante largo.



- ¿Alguien conoce este cuento ?

- Pero, ¿Por qué la madre quiere que se vayan?.

¿Creéis que el padre quiere llevarles al bosque?

¿La bruja parece buena o mala?

¿Alguna vez habéis visto una casita de chocolate?

¿Cómo seria vuestra casita dulce favorita?

¿Cómo podrán escapar de allí los hermanos?

¿Entrarías en la casa de un desconocido?

¿Su padre estará contento si vuelven a casa?

¿Qué es lo que más te ha gustado?



Aquí también os dejo un enlace a un video del cuento, para utilizarlo en el aula como otro recurso añadido.

https://youtu.be/BJp-dT3u4Ro



CONCLUSIÓN.

Esta actividad es la que más me ha costado y a la vez la que más me ha descubierto, porque no sabia que estos cuentos eran textos folclóricos. Creía que eran los cuentos de toda la vida y los veía un poco desfasados para usar en el aula (aunque mi hijo de 4 años me hablaba de alguno de ellos que le han leído en clase)

La verdad es que el componente mágico que tiene es muy llamativo para ellos y siguen gustando mucho y son los que a mi me han leído de pequeña, por lo que su componente de tradición oral, sigue estado vigente.

Por otro lado, creo que hay que adaptarlos un poco cuando los usemos en el aula, para empezar porque es bastante largo ( el que he elegido yo, por ejemplo). Si hacemos preguntas , pausas,...durante el cuento, les mantendremos enganchados, ya que a esta edad el tiempo de atención mantenida es reducido y fomentaremos la participación.

Como conclusión, he de decir que el hecho de que sean tan populares, nos va a facilitar que los niños participen en clase y desarrollen su imaginación y aporten ideas, ya que seguramente, hayan escuchado varias versiones de Hansel y Gretel . El objetivo de esta actividad es escuchar a los niños las interpretaciones que hacen del cuento, sus ideas, lo que ellos extraen, no tanto que comprendan la historia.


BIBLIOGRAFÍA.


Labajo, I. (2021). Módulo docente “Literatura Infantil”.

Labajo, I. (s.f).Características de los cuentos: según la edad y etapa del desarrollo lector.

Centro de orientación de lectura MEC (1990). Características de  los cuentos según la edad.

Gómez Martínez-Piñeiro, F (2021). Modulo docente “Desarrollo de las habilidades lingüísticas y lectoescritura “.Tema 1.

Propp, V.(1928) Morfología del cuento. Ed. Fundamentos.

Pelegrín, A. (1981) La aventura de oír: cuentos y memorias de tradición oral . Ed. Cincel.

https://es.wikipedia.org/wiki/Hermanos_Grimm



Comentarios

Irune Labajo ha dicho que…
Está muy bien, pero tienes que tener en cuenta dos cuestiones:
- Los Grimm o Perrault no son autores (la literatura folclórica no tiene autor) sino recopiladores y/o adaptadores.
- Tus preguntas no deben mediatizar la comprensión de la historia ni convertir el cuento en una excusa para enseñar cosas (como que no entren en una casa ajena) a los niños. Debes preguntar qué harían ellos en las diferentes situaciones claves de la historia y que juzguen las acciones de los personajes. Puedes preguntar, por ejemplo, qué les parece que Hansel y Gretel entraran en la casita.
Mayte F.G. ha dicho que…
Gracias por sus comentarios.